Proyecto para abastecer agua a Lima y Callao se replantea, pero aún no se asegura el recurso

A pesar de que los periodos de sequías son más recurrentes en el país, y que el cambio climático amenaza la disponibilidad
hídrica, se siguen postergando los grandes proyectos que debían asegurar el suministro de agua para Lima y Callao.

Semanas atrás, la ministra del Ambiente, Albina Ruiz, advirtió que, por el cambio climático, hay niveles de riesgo alto y muy alto de deshielo de glaciares en seis regiones, entre ellas Junín y Pasco, que afectaría el suministro de agua, ante lo cual dijo que era urgente tomar acciones para enfrentar esa situación.

A pesar de esa urgencia, uno de los proyectos que debía asegurar un mayor suministro a la capital, como es Obras de Cabecera y Conducción para el Abastecimiento de Agua Potable para Lima, ha sufrido un cambio en su configuración, y una nueva postergación en su cronograma.

¿En qué consiste el proyecto?

Dicho proyecto debía incrementar la disponibilidad de agua potable y mejorar el servicio a 1.5 millones de habitantes de las zonas este y sur de la ciudad capital, y comprendía el diseño, financiamiento, construcción, operación y mantenimiento de diversas obras nuevas.

Entre estas figuraba el mejoramiento de las represas Pomacocha y Huallacocha Bajo, en Junín y cerca al límite con Lima, para darles una capacidad de almacenar 38 millones de metros cúbicos, un túnel trasandino de 10 kilómetros de longitud desde la primera presa citada al río Blanco (tributario del río Rímac).

Un segundo componente comprende la construcción de la planta Huachipa II, para que pueda procesar 5 metros cúbicos por segundo (m3/s), una línea de conducción denominada Ramal Sur, de 25 kilómetros, que incluye dos túneles, reservorios de compensación, entre otras obras.

Priorizan solo una parte del proyecto

ProInversión, a cargo del proyecto, reveló a Gestión que el plan integral original (por el cual se preveía adjudicar Obras de Cabecera en una sola subasta), se canceló en agosto último debido a un cambio en la configuración del mismo, de forma que ahora se ejecutará en dos fases separadas.

La razón principal para este cambio -explicó- se debió básicamente al gran tamaño del proyecto integral que requería una inversión aproximada de US$ 500 millones.

En tal sentido, detalló, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) y Sedapal han priorizado implementar una primera fase con los componentes que considera más urgentes, como son la Planta Huachipa II y el Ramal Sur.

Se vuelve a postergar la iniciativa

ProInversión informó además que esa agencia está próxima a convocar a concurso público internacional la fase 1 del proyecto, el cual debe lanzarse hacia finales del presente año, y con lo cual se abrirá una nueva etapa de precalificación de postores. La expectativa de la mencionada agencia estatal, es que esta primera etapa la puedan adjudicar en el tercer trimestre del 2024.

Esto último significa una nueva prórroga en el plazo estimado para su adjudicación, pues hasta antes de esta modificación, estaba previsto que la buena pro se otorgara en el segundo trimestre del próximo año.

La primera convocatoria para este proyecto fue lanzada en febrero del 2014, pero desde entonces, ha sido objeto de sucesivas postergaciones.

¿Y la segunda fase?

Para la segunda fase (que comprende todas las demás obras antes mencionadas), Proinversión indicó que se requiere en primer lugar asegurar la disponibilidad de los predios antes de proceder a su convocatoria y adjudicación. Sin embargo, la mencionada agencia no informó cuándo esperan lanzar su convocatoria ni las demás fases de esa siguiente etapa 2.

Esta es la fase que debía derivar el agua desde la cuenca alta del río Mantaro a razón de 2.5 m3/s, y desde el río Yauli (en la vertiente del Atlántico), a través de un túnel trasandino, en un volumen de 5.0 m3/s, con lo cual se trasvasaría ese recurso hídrico hacia el río Blanco, tributario del río Rímac.

Este componente de trasvase, antes conocido como Marca Pomacocha II, o simplemente Marca II, aumentaría en un 27% la capacidad de almacenamiento (de 330 a 420 millones de metros cúbicos).

Incremento de tarifas

Sedapal recordó a Gestión que Obras de Cabecera, en sus dos fases en que se ha dividido ahora, se desarrollará bajo la modalidad de Asociación Público Privada (APP), la misma que viene siendo estructurada como proyecto autofinanciado. Esto significa, puntualizó, que se financiará con la tarifa y los ingresos que la empresa recauda de sus usuarios.

En la práctica, detalló, una vez suscrito el contrato de concesión, Sedapal solicitará a la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) la aprobación de una tarifa incremental, lo que se materializará en un porcentaje de incremento en la tarifa aplicable a sus usuarios.

Dicho incremento ocurrirá a partir del inicio de operación de los diferentes componentes de la infraestructura de Obras de Cabecera Fase 1 y Fase 2, según corresponda, acotó.

Ello es así, por cuanto -refirió- la estructura del proyecto establece que el inicio del pago de obligaciones (inversión, operación y mantenimiento) a favor del concesionario privado se dará a partir del inicio de operaciones.

Objetan división del proyecto

Milton Von Hesse, exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, cuestionó que, en principio, el Gobierno haya optado por dividir el proyecto Obras de Cabecera, y solo se le dé prioridad a una primera etapa, pues eso significa que Sedapal no tendría más agua para procesar y distribuir.

“Se tiene que hacer (ambas fases a la vez) en forma sincronizada, sino vas a tener una planta de tratamiento de agua potable (Huachipa II) sin agua que tratar, y un ducto (el Ramal Sur) sin agua que distribuir. Por eso se debe hacer en paralelo”, puntualizó.

Von Hesse, actualmente director de Videnza Consultores, subrayó que esto último es vital, dado que hoy la planta de La Atarjea está trabajando a toda su capacidad, y se necesita no solo una nueva planta, sino más volumen del recurso hídrico.

A su turno, el exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Francisco Dumler, señaló que es absolutamente
necesario Obras de Cabecera, como parte de un portafolio integral de proyectos, junto con otras obras para traer más agua para Lima, como por ejemplo el Trasvase Huascacocha.

Dumler, quien también fue presidente de Sedapal, coincidió en que ya la producción de agua, con 25 m3/s diarios, está al máximo, pero, como la previsión es que su demanda se duplicaría al 2030, si hoy no se hace más obras de ese tipo, se tendrá que empezar a racionar su suministro en los siguientes años.

No obstante consideró que el problema para la ejecución de obras de Sedapal, en general, no es tanto de recursos -como argumentaran anteriores presidentes de esa empresa estatal- sino su baja capacidad de ejecución de proyectos.

Refirió que un estudio mostró que siete de cada diez proyectos de esa empresa llegaban a su fase de contrato, y otros tres se quedaban en el camino.

“El gran problema es que, desde que Sedapal empieza el trámite de elaborar el proyecto y pasar a la ejecución del mismo, demora en promedio 14.5 años. Eso es mucho más que el promedio que toma al sector público”, aseveró.

Sedapal identifica 17 proyectos de fuentes de agua

Sedapal informó a este diario que, considerando que Lima se configura prácticamente como un desierto, y ante la limitada
oferta de recursos hídricos, esa empresa dentro de su Plan Maestro Optimizado, ha identificado una cartera de 17 proyectos de fuentes de agua.

Esos proyectos, detalló, comprenden proyectos de fuentes de agua convencionales y no convencionales, que contempla el aprovechamiento de agua superficial, sobre los excedentes de las propias cuencas Chillón, Rímac y Lurín y de las cuencas vecinas.

También incluyen agua subterránea (sobre los excedentes superficiales de las propias cuencas Chillón, Rímac y Lurín) y agua de mar mediante el tratamiento de desalinización y potabilización.

Esas iniciativas, refirió, permitirán sumar a la oferta hídrica existente y futura (y por ende a la producción de agua potable) para la atención de la creciente demanda de la población de Lima y Callao (Zonas de LimaNorte, Lima-Sur y Lima-Centro).
Eso también permitirá incrementar las reservas de agua existentes, siendo esta para la atención de la demanda con mayor priorización para la época de estiaje (meses de mayo a noviembre), en donde el caudal del río Rímac, que constituye su fuente principal, disminuye su caudal natural.

Medidas ante El Niño

Sedapal refirió que también ha previsto medidas de contingencia con acciones a adoptar para prevenir los daños
que pueda causar el fenómeno de El Niño global el próximo verano.

Refirió que cuentan con medidas de contingencia en las diferentes etapas de la prestación de los servicios de agua y saneamiento, que involucra el almacenamiento, captación, tratamiento y distribución de agua potable.

Esas medidas, añadió, también abarcan los servicios de la recolección y tratamiento de aguas residuales, que se activan inmediatamente cuando se presentan escenarios de emergencias.

Noticia publicada en el Diario Gestión el 25 de octubre de 2023.

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