La salud móvil: solución para combatir la tuberculosis

La tuberculosis (TBC) es consecuencia de la exclusión y la pobreza. Aunque ha habido avances importantes para controlarla, continúa siendo una amenaza para la salud pública peruana.

Entre los años 1990 y 2013, la incidencia de tuberculosis en el Perú disminuyó de 198.6 a 101.3 por cada 100 mil habitantes, y entre 1990 y 2010 la carga de enfermedad por TBC se redujo en un 64%, según datos del Institute of Health Metrics and Evaluation. Prácticamente se ha alcanzado la meta de los Objetivos del Milenio dos años antes de lo esperado. La mala noticia es que la prevalencia de las formas resistentes —la TBC multi-drogo resistente (MDR) y la TBC extremadamente drogo-resistente (XDR) — es aún significativa. El 82% de MDR y el 90% de XDR se concentran en Lima y el Callao, de acuerdo con información del Ministerio de Salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que las tasas más elevadas de tuberculosis se registran en lugares en los que, además de los determinantes sociales, se presentan simultáneamente al menos dos factores: urbanización acelerada y pobres condiciones de vida. Los países que han logrado reducir rápidamente su incidencia son aquellos en los que el crecimiento económico se asoció con reformas sociales y de salud.

Por todo lo anterior, se requiere un enfoque intersectorial que mejore el empleo, la educación y la alimentación, y disminuya las condiciones de hacinamiento, entre otras circunstancias sociales que determinan la aparición de esta enfermedad. Además, con frecuencia quienes la padecen no buscan ayuda oportuna pues temen ser estigmatizados, con lo que en el camino contagian a otras personas. Combatir esta discriminación es, también, una tarea pendiente.

Para que un tratamiento sea efectivo se necesita una alta adherencia a la toma de los medicamentos —es decir, que los pacientes sigan de manera continua el tratamiento—. Además, se recomienda que todos los contactos de los pacientes con TBC MDR o XDR sean identificados, examinados y tengan un seguimiento adecuado para, en caso desarrollen la enfermedad, inicien su tratamiento oportunamente. Utilizando modelos matemáticos se ha encontrado que detectando al 70% de los nuevos casos y alcanzando un 85% de éxito en el tratamiento, la incidencia se puede reducir hasta en 10% anual.

Sin embargo, muchas de las acciones clave son difíciles de ejecutar a plenitud dada la alta carga de trabajo que ya tiene el personal de salud con los pacientes y contactos a su cargo. Una alternativa es el uso de las tecnologías de información y comunicación, especialmente de teléfonos móviles, lo que ha dado lugar al surgimiento de un nuevo campo: la salud móvil o mHealth.

Se puede usar la telefonía móvil, en combinación con Internet, para enviar mensajes educativos, recordatorios de toma de medicamentos y citas, encuestas para identificar necesidades en las personas con TBC o para informar sobre la aparición de algunos problemas que pueden afectar el cumplimiento del tratamiento, como síntomas de depresión. Además, permiten estimular el proceso de identificación y seguimiento de sus contactos, con lo que se incrementa la detección precoz.

Esta intervención se plantea como el inicio de una solución tecnológica que potencie el trabajo que ya realiza el personal especializado para hacer frente a esta enfermedad. Su diseño se centra en la persona y en la identificación de información clave para la toma oportuna de decisiones.

Desde Videnza Consultores y la UPCH hemos presentado al Grand Challenges Canada una iniciativa de mHealth con la que deseamos contribuir a mejorar el cumplimiento del tratamiento y la identificación de contactos de TBC. Para conseguir este apoyo, necesitamos de su voto. Los invito a ver el video que resume esta idea audaz e innovadora, y a votar por Tukuy TB haciendo clic en el siguiente link: GC Canada. Ayúdennos a conseguir que la TBC deje de ser un problema de salud pública en nuestro país.

Este post ha sido escrito en colaboración con Ernesto Gozzer de la UPCH.

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