¿Cómo mejorar la calidad de la atención en salud sin abandonar el afán de la cobertura universal?
El sistema debe estar centrado en las necesidades del ciudadano. Para ello se deben definir las enfermedades que son la mayor carga para la sociedad. Es decir, el sistema se debe organizar en función de la demanda y no de los hospitales. Un ejemplo: alrededor del 85% de problemas de salud se podría resolver en el primer nivel de atención (postas y centros médicos). Sin embargo, la mayor cantidad de recursos se asigna a los hospitales de mayor complejidad.
Por el lado de la oferta, hay que integrar los establecimientos en redes. Es un trabajo en proceso del Minsa. Hoy encuentras, en cualquier plaza del país, el hospital regional, el de Essalud, la clínica. Solo atienden a su población beneficiaria y no articulan entre sí. Es necesario que los recursos públicos y privados estén al servicio del ciudadano.
Los sistemas que dan soporte a las atenciones, como suministro de medicamentos, deben ser procesos transversales. Hoy se requieren múltiples pasos y sistemas de información que no conversan entre sí, demandan procesos que no añaden valor. La información para los gestores es igual de dispersa. Mayor eficiencia en la gestión es clave. Pero, claro, se requieren mayores recursos: financiamiento sostenible para brindar más y mejores atenciones, pues la demanda con el SIS aumenta a mayor ritmo que el presupuesto. Ahora son 17 millones de asegurados que requieren más recursos centrados en sus necesidades
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