Aglomeraciones en tiempos de COVID-19
La evidencia muestra que los principales focos de contagio del COVID-19 en Perú han sido, hasta el momento, los mercados, los bancos y el transporte público. Así lo confirma el “mapa de calor” de la Unidad de Inteligencia y Análisis de Datos (UIAD) de EsSalud, herramienta que revela la incidencia de coronavirus por zonas. Aunque estos servicios escapan al ámbito de acción del sector salud, su inadecuada gestión tiene un impacto decisivo en aumentar la propagación del virus y, por lo tanto, repercute en una mayor presión sobre los servicios de salud públicos y privados.
En el caso de los mercados, el problema responde a una inadecuada gerencia y organización de comerciantes y usuarios, así como a la excesiva concentración de puestos de venta en espacios reducidos. En cuanto a los bancos, aunque estos suelen seguir protocolos en sus agencias, las aglomeraciones y colas en los exteriores, principalmente para el cobro de bonos, presentan un claro factor de riesgo. Por último, a la par con el reinicio de actividades económicas, la cantidad de traslados se ha incrementado, lo que convierte a los sistemas de transporte público formales e informales en focos infecciosos por su habitual hacinamiento.
De estos tres tipos de focos infecciosos, el que presenta un mayor nivel de riesgo son los mercados. Así lo evidencia la data recolectada por los equipos de respuesta rápida del Ministerio de Salud (Minsa), que realizan tests aleatorios en zonas de mayor riesgo. Al aplicarlos en más de 10 mercados de Lima y el interior del país encontraron que los casos positivos superaron el 40%.
Esta situación tiene el peligro de agravarse a medida que procede la reanudación de actividades económicas de forma gradual conforme a lo dispuesto por el Gobierno en el DS N.° 080-2020-PCM. Aunque las autoridades locales están implementando los protocolos sanitarios dispuestos por el Minsa, existen otras estrategias que se pueden añadir concretamente en los mercados: la desconcentración planificada, su mejora gerencial, y la capacitación de usuarios y comerciantes.
Respecto de la desconcentración, se plantea el traslado de los comerciantes a espacios públicos cercanos a los vecinos, de manera ordenada y planificada. Si bien el testeo de casos positivos mediante pruebas rápidas en zonas estratégicas ha contribuido al cierre de mercados con mayor riesgo de contagio, las necesidades económicas tanto de oferta como de demanda de productos de primera necesidad ha llevado a que la informalidad, en vez de reducirse, se traslade. Por ello, en un trabajo conjunto entre el Minsa y los Gobiernos locales se deben garantizar espacios de venta al público con seguridad para comerciantes y clientes. La desconcentración de mercados, además de reducir la aglomeración de comerciantes y compradores en un solo lugar, también disminuye los trayectos y tiempos de desplazamiento de usuarios. Esta práctica ya se llevó a cabo en el caso del mercado mayorista de Santa Anita, pero puede ser trasladada a mercados de menor escala como los municipales.
Por otro lado, la gerencia dentro de los mercados debe enfatizar el control de aforos y la optimización de flujos dentro de los establecimientos. Es posible establecer parámetros como tiempos máximos por puesto de venta o restringir que las personas regresen a puestos por los que ya pasaron. Se pueden aplicar principios de la teoría de colas, herramienta cuyo uso es muy difundido en el sector de retail privado.
Si bien los protocolos señalados son de fácil cumplimiento, es necesario un trabajo intersectorial para capacitar a la población y, así, lograr su entendimiento y cumplimiento. La estrategia de comunicación no debe estar solo centrada en la transmisión de información, sino en lograr un cambio en hábitos y comportamientos. Para ello se pueden aplicar ciertos principios de la economía del comportamiento que brindan claves para promover cambios de conducta.
Una mejor gobernanza en los focos infecciosos no solo contribuirá a disminuir los contagios por coronavirus y a descongestionar la prestación de salud, sino que se traducirá en mayor bienestar para la población.
Realizado por: Joaquín Rey, investigador principal en Videnza Consultores; y Sandra Huaitalla, analista en Videnza Consultores
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