Ladrona del futuro
Ladrona del futuro
Todos los peruanos soñamos con tener políticos, empresarios y, en general, profesionales productivos, eficientes y trabajadores. Para lograrlo es fundamental fomentar la educación y oportunidades laborales. Sin embargo, hay un paso anterior que debe ser tomado en cuenta: la primera infancia.
El camino para conseguir lideres peruanos de alto nivel académico y profesional se ve mermado por las dificultades que enfrentan algunos niños en sus primeros meses de vida. Me refiero a la anemia, medida por el déficit de hierro estimado a partir del nivel de hemoglobina en la sangre.
La anemia causa efectos negativos e irreversibles en los niños. Por ejemplo, retraso en el desarrollo psicomotor y desarrollo cognoscitivo que traerá consecuencias negativas en la etapa escolar.
¿Cuál es la situación de la anemia en los niños peruanos? Lamentablemente, los datos no son alentadores. En 2022 se registró que, a nivel nacional, 42.4% de las niñas y niños de 6 a 35 meses tienen prevalencia de anemia, 3.6 puntos por encima de lo registrado el año anterior. Diez regiones tienen porcentajes de niños y niñas con anemia por encima de 50%. Aquellas con las tasas más altas de anemia en 2022 son Puno (67.2%), Ucayali (65.8%), Huancavelica (65%), Loreto (63.1%) y Madre de Dios (60.5%).
En este contexto, los controles de Crecimiento y Desarrollo (CRED) cobran gran importancia. Son controles de salud periódicos que, como su nombre lo indica, buscan hacer seguimiento al crecimiento y desarrollo de los niños y niñas desde que nacen hasta los 11 años de edad. Permiten identificar posibles riesgos de salud como la anemia o desnutrición crónica, además de entregar los suplementos necesarios para prevenirlos y tratarlos.
No obstante, el porcentaje de menores de 36 meses con controles de CRED completo es de solo 11%. Esto a pesar de haber aumentado en el último año, cuando alcanzó el 6%. Ahora ¿cuál fue el porcentaje de niñas y niños que efectivamente consumieron suplemento de hierro para contrarrestar la anemia? En 2022 fue de 33.4%, menor a lo registrado en 2021 (36.2%).
Es urgente centrar los esfuerzos públicos en disminuir la anemia en los niños. Revisar los cuellos de botella u oportunidades de mejora de los actuales programas públicos que se encargan de esta problemática. Asimismo, realizar un trabajo conjunto entre padres y autoridades de distintos sectores para que todos tengamos un mismo objetivo: tener niños sanos que sean futuros lideres exitosos en el país.
Realizado por: María Alejandra Ormeño, analista senior de Videnza Consultores
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